Estrella y Vino

Cada vez se me hace corta

tu estancia, querida amiga,

entre tanta rutilancia,

tanta estela y tanta risa,

me acaricia tu fragancia,

tu franqueza, tu alegría.

Eres estrella, y me pasas,

me atraviesas con cosquillas

dignas de plumas sin alas,

revoloteando, me alivias,

como un buen vino, calientas,

como quien bien vino, miras

ojalá vuelvas

deprisa.

Me vale

Estoy cansado. En la espera
se me acumulan los años
las risas
quizás, si, daño
y prisas
por escapar del rebaño.

Pero conecto, y deprisa
las mentes son como Loto
que aspirar
que se hacen brisas
y el andar se sincroniza
más fácil
cada verano.

La balanza se mantiene
equilibrando y sumando
a cada plato su grano:
todo lo que soy
por viejo
y por llevar bien
el viaje
se consiguió cuando niño

y me vale
y lo regalo.